Ir de vacaciones a Río de Janeiro implica masividades, muchedumbres, largas filas y caos, aunque no muy lejos de Copacabana, la vedette de arena brasileña, existen varias playas disponibles y poco conocidas para que disfrutar de la arena, palmerales y el agua templada resulta más satisfactoria en combinación con los increíbles descuentos aéreos que lo transforman en uno de los sitios para aprovechar los viajes baratos.
Barra de Tijuca logró asombrosa popularidad donde se erigió la Villa Olímpica de los juegos Olímpicos en 2016. All oeste de Río posee una amplia playa en 20 kilómetros de extensión, y la playa de Barra es un espacio para todo público, desde paseadores de perros y practicantes de yoga, hasta kitesurfers y windsurfistas.
Los carritos playeros ofrecen todo tipo de bocadillos, frutas y cócteles de gran calidad.
Playa Vermelha, de arena color rojizo, es una pequeña ensenada a la cual se llega en solo 25 minutos desde el centro de la ciudad. Praia Vermelha se encuentra protegida por el Pan de Azúcar y por acantilados.
La playa no se encuentra abarrotada de gente y desde allí se tienen una de las mejores vistas de Río y de su ciudad hermana, Niterói.
Otra opción es la de la playa de Joatinga ubicada entre las playas de São Conrado y Barra da Tijuca. Será uno de los lugares favoritos para hacer planes los fines de semana en Río aunque el camino que conduce no presenta ningún tipo de señalización que lo convierte en un sitio casi aislado y lejos del alcance de los turistas.
Por último, Playa Grumari presenta pocos carritos en pie, y se encuentra bordeada por tupidos matorrales que se funden con la selva Mata Atlântica.
Adentrarse en la selva por caminos serpenteantes conducirán a otros enclaves más secretos y todavía más tranquilos que Grumari donde las escapadas se combinarán con la naturaleza y la calma, cóctel ideal para dejar atrás el estrés y las tensiones cotidianas.