Se acercan las vacaciones de invierno y para aquellos que tengan dudas sobre el próximo destino que pueden visitar, en esta traeremos dos enclaves en pleno corazón de Colombia donde disfrutar será casi obligatorio: San Andrés y Bogotá.
Ubicada al noroeste de Colombia y bañada por las templadas aguas del mar Caribe, la Isla de San Andrés supo transformarse en la vedette del turismo sudamericano gracias a la masiva afluencia de visitantes que se ven hipnotizados por la calidad de sus playas, la deliciosa gastronomía y ese particular clima cálido que se mantiene por debajo de los 30°C aún en época invernal.
Formando parte del archipiélago de Isla Providencia, en Santa Catalina, San Andrés expone una belleza única en el globo: el mar de siete colores combinado los paisajes playeros que se terminan de decorar con el infaltable agregado de la calidez y bondad de los lugareños que siempre estarán dispuestos a ofrecer múltiples servicios con una sonrisa dibujada en el rostro. Para los amantes del snorkel y el buceo, podrá apreciarse la variada fauna y flora marina al igual que los arrecifes de coral, actividad que obligará a realizar un descanso en el abanico de ofertas y comodidades que ofrecen los hoteles en San Andres.
Tras el merecido descanso, será hora de reactivar el recorrido pasando por la Casa de Cultura Isleña inspirada en tiempos del imperio británico que recrea la forma de vida de los isleños siglos atrás. El Jardín Botánico abarca ocho hectáreas con la más completa flora autóctona, mientras que la Laguna Big Pond tiene el contexto ideal para los amantes del ecosistema natural y el aire puro.
Dejamos atrás San Andrés y ahora es turno de recorrer la bella capital colombiana: arribamos a Bogotá y sus pedazos de historia que la confirman como el núcleo político, económico, cultural y turístico del país.
Ubicada a 2640 metros sobre el nivel del mar, dicha altura no constituye ningún impedimento a la hora del disfrute, ya que se ofrecen innumerables actividades recreativas para todo tipo de público.
Cuna de filósofos como Miguel Caro y Rufino Cuervo, y declarada como la Capital mundial del libro en 2007, por la Unesco; la oferta cultural está garantizada gracias al Teatro Colón, los festivales musicales al aire libre que abarcan desde el Rock hasta la Salsa y la perla arquitectónica de la Biblioteca Virgilio Barco, cuya terraza ofrece una vista panorámica de Bogotá. Además el abanico contiene pedazos de historia como el Museo Nacional de Colombia, el Museo de Oro y el Museo Botero, donde pueden encontrarse las 123 obras del pintor y escultor Fernando Botero.
Por otra parte, la gastronomía también ofrece variantes: Usaquén, La Macarena y la Candelaria proponen los típicos platos locales, como el ajiaco, la mazmorra y el tamal con chocolate. Como resulta imposible no permanecer en Bogotá durante varias días, la opción más factible será la de alquilar una habitación en los hoteles Bogota que se adaptan a la economía de cada uno de los turistas.