El actual objetivo de las grandes cadenas hoteleras es la hotelería de lujo, es decir, alojamiento confortable lejos del bullicio de las grandes multitudes y cerca de grandes atractivos turísticos.
La cadena Hilton, por ejemplo, ha presentado hace poco su primer hotel de lujo en Colombia, el Conrad Cartagena. Es el tercer hotel de su clase en el continente latinoamericano.
Este hotel, por ejemplo, tiene los beneficios de un resort, una experiencia diferente. La intención es proporcionar a los huéspedes un descanso de lujo y, al mismo tiempo, la posibilidad de conocer los grandes atractivos de la ciudad histórica.
El Conrad Cartagena es el gran ejemplo de los hoteles lujosos: suites con diseños exclusivos, algunas habitaciones con piscina privada, suites de hasta 240 metros cuadrados, cafés, restaurantes, kids club, galería de arte.
Las ventajas de estos hoteles es que brindan a sus clientes un ambiente de lujo, una excelente arquitectura, experiencias culinarias internacionales, vida nocturna, golf, playas privadas.